
Desde que era muy pequeña empecé a escribir diario porque el papel y yo nos entendíamos. Luego cuando ejercí como cirujano maxilofacial tuve la suerte de compartir historias entrañables, divertidas y emocionantes, con la gente que se acercaba a mí para resolver sus problemas médicos. Con nuestro intercambio de sentimientos fui tejiendo mis historias que acabarían en entremeses teatrales. Para entonces ya había escrito dos libros junto a Clara Miranda: De segunda mano (1994) y El susto de vivir (1997).
Después de dejar la profesión tuve más tiempo para dedicarme a mis dos vocaciones: contar historias y formar una compañía de teatro.
Mi último libro escrito con mi hija Vanesa se titula Cartas al viento. Acaba de ver la luz después de un esfuerzo de seis años. Es una historia que mezcla realidad y ficción basándose en la vida de mi hija Anais. Este libro lleno de emotividad me ha dado energías para seguir escribiendo.