
David Gutiérrez Díaz, socio de la Sociedad Cántabra de Escritores ha resultado ganador del «I certamen de relatos cortos de la Asociación amigos del Cine y Teatro de Castro Urdiales» con el relato titulado «La última actuación de Eva».
La entrega de premios se celebrará el viernes 23 de abril a las 19,30 h. en el Salón de actos de La Residencia de Castro Urdiales, con el aforo limitado a 35 personas a causa de las circunstancias sanitarias.
BIOGRAFÍA LITERARIA
Nacido en Santander, en el año 1978. Ya desde muy pequeño sintió curiosidad y afición por la pintura y, posteriormente, por la literatura, la cual se convirtió con el paso del tiempo algo más que una simple afición.
Sin embargo, fue en la adolescencia cuando el descubrimiento de ciertos escritores le llevó a intentar emular sus pasos. Concretamente dos obras resultaron ser los mayores acicates para extraer de su interior todas esas palabras que habían permanecido ocultas y agazapadas, se podría decir contenidas, por un velo de ignorancia. Las célebres Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer y Crimen y castigo de Fiodor M. Dostoievski se convirtieron de forma inmediata en referentes a la hora de entender la literatura desde un nuevo punto de vista.
Después vendrían muchas obras y autores más que reforzarían ese incipiente interés, pero esas dos obras mentadas resultaron claves y el génesis de una nueva manera de enfocar las cosas.
Cuando comenzó con la escritura, empero, no lo hizo remedando a esos genios, sino tratando de trasladar al papel sus propios sentimientos y emociones. Así, cultivó a la sazón poesía en prosa, sacando al exterior todo lo que le ahogaba por dentro, expresando todas las cuitas propias de la época adolescente. Aquellos escritos se perdieron y quedaron en el olvido, en unos años en los que el papel era el receptáculo, mucho más frágil de memoria debido al descuido, que las actuales pantallas de ordenador.
Andando el tiempo llegaron nuevos autores que fueron completando su formación y resultaron, asimismo, claves para su posterior dedicación a las letras. Edgar A. Poe (al que, consciente e inconscientemente trató como ejemplo en muchos escritos), Anton Chèjov, Lev Tólstoi, Fedor M. Dostoievski, Nikolai Gogol, Sallinger, Truman Capote, Eduardo Mendoza, Emile Zola, Haruki Murakami… Muchos son los escritores que afianzaron su determinación.
Influenciado por ellos y por otros, y con la necesidad de crear nuevas historias, comenzó a escribir relatos breves, cuyas principales temáticas son el terror, el amor, la angustia, los sentimientos, el humor, la vida. Si bien es cierto que en los albores predominaban más las historias de terror, en los últimos tiempos la evolución le ha llevado a centrar sus intereses en temas más ordinarios, de la vida en sí misma con todos sus matices y pormenores.
A lo largo de estos años ha escrito más de una cincuentena de relatos breves e innumerables microrrelatos. Algunos de ellos han sido publicados en diversas antologías.
“Esta noche conectaremos con el infierno”, “Cine B”, “Amores de verano”, “Microterrores II”, “Bocados sabrosos V” o “Reloj de sol” son algunas de las antologías en las que ha participado, aparte de alguna que otra colaboración más en recopilaciones online.
Osveta es su primera novela o, en realidad, su primer relato largo o nouvelle. La idea para su composición nació de lo que siempre había hecho, pero que en esta ocasión se convirtió en algo diferente. De hecho, Osveta pretendía ser un relato breve en un principio, solo compuesto por dos personajes, cuyo desenlace iba a ser diametralmente opuesto al que terminó siendo. La idea de un tercer personaje, en un principio ajeno a la trama principal y que introduce elementos de horror, ve la luz mientras el autor estaba escribiendo ese supuesto relato breve, casi como una historia independiente. Incluso sintió la tentación de convertir esta nueva idea en otro relato sin ninguna relación con Osveta, pero al unirlo al argumento de éste, comprobó cómo completaba a la idea original y la daba una nueva dimensión mucho más rica e interesante. Esta inclusión de un tercer personaje, que en un primer momento no parece guardar relación con la historia de obsesión, desamor y venganza que se desarrolla entre los dos protagonistas de ese juego macabro logra que el relato se convierta en novela, abra un abanico de posibilidades mucho más amplio para la propia historia principal (incluyendo la introducción de un cuarto personaje más secundario) y haga cambiar el desenlace final.
Como escritor de relatos breves (máximo de 25 páginas) supuso un desafío importante al pasar a escribir un texto de más de un centenar de páginas.
Acaba de terminar su segunda novela, aún sin mandar a editorial.