
PEDRO ARCE DIEZ es miembro de la SCE desde hace bastantes años y colaborador apreciado por su generosidad y bien hacer. Es un estudioso de la historia y vida de Cantabria. Este señor sabe mucho de costumbres y tradiciones. Me lo han dicho, y he leído sus contribuciones en cada una de las ediciones del libro de relatos colectivo que anualmente publica la SCE (diez). Aquí, él nos hablará de sus conocimientos y aficiones, pero también de la laudatio y presentación de la Estela de Oro 2020, María Ealo de Sá, que ha preparado para homenajearla en el acto de celebración del Día de las Letras de Cantabria.
¿Qué hace usted para saber tanto de oficios, tradiciones e itinerarios culturales de la ciudad de Santander y de las rutas rurales de Cantabria?
Desde hace muchos años, y ya tengo bastantes, me ha gustado viajar y recorrer Cantabria, que lo he hecho de cabo a rabo; por ello, sin petulancia, puedo decir que me conozco bastante bien todos los rincones, pues he recorrido y descrito cada uno de sus municipios y pueblos en el “Diccionario de Cantabria”, ya publicado hace cerca de dos décadas. ¡Y sigo recorriendo Cantabria! Y, lógicamente, me gusta la región, me gustan sus habitantes, sus costumbres y la cultura de los cántabros, que vamos transmitiéndola de generación en generación y acrecentando nuestro acervo cultural.
Sobre los sitios donde han tenido lugar los diferentes actos de celebración del Día de las Letras de Cantabria, imagino que hay un primer acto y un lugar preferido especialmente por usted. Si es así, dígame por qué.
Yo no he podido estar en todos, porque me ha coincidido con alguno de mis viajes; pero no puedo olvidar los primeros que se celebraron en la Biblioteca Central de Cantabria, al año siguiente en el Palacio de Festivales y que eran las primeras experiencias y quizás arriesgadas, por ser algo novedodo; suponían las primeras piedras, válgame la expresión, de algo hoy ya consolidado. Tampoco olvido la brillantez del acto que tuvo lugar en el Parlamento de Cantabria, por ser la casa de todos los cántabros y por el simbolismo que ello encerró.
La cultura no está reñida con la comida y esto lo sabe usted bien que pertenece a una sociedad gastronómica, ¿qué platos son típicos en Reinosa?
¡En absoluto! La gastronomía es parte indispensable del ser humano y de su cultura y podíamos citar el viejo refrán de “primum vivere, deinde philosophare”; la primera preocupación del hombre, como ser vivo, fue buscarse el sustento, después se dedicó a inventar el fuego, la rueda, los útiles para buscar la comida y aún le quedaba tiempo para pintar las paredes de sus cuevas donde habitaba.
Yo me considero un gourmand –¡ya quisiera yo ser un gourmet!- y además de pertenecer a varias instituciones gastronómicas, entre ellas tres cofradías de Cantabria, que se dedican al condumio, también tengo inquietudes sobre nuestros alimentos y escribo y publico con frecuencia artículos y obras sobre alguno de sus aspectos, como pueden ser los quesos de Cantabria o los muchos cocidos que existen o han existido en nuestra región.
Hablar de la gastronomía de Reinosa y Campoo sería objeto de un tratado y no breve; pero daré algunos brochazos sobre el tema. La zona campurriana de Campoo-Los Valles, como le sucede a cualquier territorio, aprovecha los recursos naturales que tiene y en Campoo ha habido una agricultura y ganadería que se le parece más a Castilla que a la zona norte de la cordillera cantábrica. Por ello el cereal, los garbanzos, la ganadería lanar, etc., han condicionado su puchero y no es extraño que tengan buen pan (Orzales, La Población, Argüeso, etc.) y que elaboren un buen cocido de garbanzos, como se ha hecho secularmente en toda España, especialmente en Castilla; no es de extrañar que también sea de garbanzos el puchero de Liébana y la zona pasiega, por el contacto secular con las tierras castellanas, al contrario de los valles más al norte, orientado hacia el mar Cantábrico, donde la alubia es básica y así tenemos los caricos o el cocido montañés.
Pero Campoo no se queda ahí, pues es lugar de caza, de buenas setas, de excelentes patatas vallucas, que han aprovechado para hacer una olla ferroviaria, de carne o de pescado, en la época gloriosa del ferrocarril de la Robla, y actualmente han popularizado el guiso de patatas con la buena carne de ternera campurriana.
El queso es otra de las señas de identidad, pues Reinosa fue pionera en la industria quesera de Cantabria, ya que, en 1843, el ilustrado reinosano, Antonio de Collantes y Bustamante, estableció en su localidad natal la primera fábrica de quesos de toda Cantabria. Y sería en 1880 cuando se instala en Reinosa la fábrica de quesos “La Reinosana” del francés, Claudio Napoleón Boffard, época en la que también existieron en esa bella localidad las queserías del marqués de Huidobro y la del chocolatero Ignacio Errazti. ¡Hoy solo dos queserías existen en todo Campoo! Aunque es verdad que hacen buen queso.
Y para terminar de endulzar un buen banquete, qué mejor que acudir a sus famosos hojaldres, donde la Pantortilla es la reina y ha tenido y tiene un merecido prestigio incluso fuera de nuestras fronteras regionales.
En cualquiera de estos platos, ¿qué indicaciones especiales incluiría usted para su gusto?
Como ya he hablado del cocido castellano de garbanzos que las amas de casa campurrianas lo bordan, según tradición secular de sus antepasadas; y he citado también la olla ferroviaria, hoy muy extendida con concursos por varias localidades, especialmente Reinosa, en cuya fiesta de San Sebastián suelo participar haciendo una buena olla ferroviaria….
…quiero hablar de un cocido casi desaparecido y que tuvo tiempos mejores en el pasado; me estoy refiriendo al cocido de arvejas, el cual tiene una cofradía gastronómica –“El Nacimiento del Ebro”-, que trata de recuperar el guiso y popularizarlo. Y hace unas semanas, el Grupo gastronómico-cultural Los Compangos, al cual tengo el honor de pertenecer, y que recorremos Cantabria para degustar y popularizar los muchos y exquisitos cocidos, algunos en trance de desaparición, hemos estado en Campoo sugiriendo y facilitando la receta tradicional al restaurante Casa Carmina de Monegro (Campoo de Yuso); y preparó un excelente cocido de arvejas que esperamos lo siga ofreciendo en el futuro y lo empiecen a preparar en otros restaurantes de la zona como seña de identidad.
Y también Los Compangos hemos degustado la olla ferroviaria de patatas con carne en La Cuchara de Camesa de Olea (Valdeolea), que ha resultado exquisita y donde se han aunado el artilugio de la propia olla, los excelentes ingredientes naturales campurrianos y, creo que también, la buena mano de quien ofició el guiso. Quizás la olla ferroviaria ya tiene quien la defienda y es habitual en las fiestas de toda Cantabria, aunque en la zona más próxima a la costa es muy frecuente que se guise con el bonito, para conseguir una exquisita “marmita de bonito” (También el nombre es una contradicción, pues la marmita es también un recipiente).
Volviendo a lo nuestro, ¿cómo y dónde conoció a María Ealo de Sá?
Conozco a María Ealo de Sá desde hace décadas y no recuerdo muy bien nuestro primer encuentro, aunque sí los muchos que desde entonces hemos tenido y las muchas ocasiones en que hemos compartido, mesa, mantel y tertulia.
¿Puede perfilar los rasgos más característicos y valiosos de esta investigadora?
Soy ávido lector de todas sus publicaciones, pues es una investigadora tenaz, meticulosa y prolífica y eso es de agradecer y valorar.
Creo que la Sociedad Cántabra de Escritores ha acertado con la concesión de esta Estela de Oro de las Letras de Cantabria 2020, pues ha elegido a una persona de una exquisita y profunda formación humana, intelectual y especialista en sus áreas de trabajo. Y su rigor, tenacidad y constancia en su trabajo, lo ha plasmado en múltiples investigaciones y publicaciones, que los cántabros debemos de agradecer.
De todos los personajes de Cantabria cuya vida y obra ha estudiado María ¿cuál es para usted, si lo es para Cantabria, el más importante?
Desde luego, para mí el personaje de mayor importancia que ha rescatado María Ealo, ha sido Juan de Castillo; yo he visitado mucho Portugal, país que conozco bastante bien y hace ya unos cuarenta años que visité una de sus magníficas obras, el monasterio de los Jerónimos de Lisboa y la guía nos contó que era obra del arquitecto portugués Joao do Castelo y, educadamente, tuve que contradecirla, para aclararla que el citado personaje había nacido como Juan de Castillo, en el pueblecito del mismo nombre de Trasmiera, hoy lugar del municipio de Arnuero. ¡No quedó muy convencida y creo que subestimó mi comentario!
Menos mal que María Ealo ha recuperado para Cantabria la figura señera de este personaje, pues tiene nada menos que cinco monumentos de su factura declarados por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad. ¡Y solo con contemplar la ventana del monasterio de Tomar, ya sería suficiente!
¿Cree usted que el reconocimiento que la SCE hace a María Ealo de Sá, ayudará a conocer mejor la trascendencia de Cantabria como cuna de personajes ilustres?
¡Por supuesto! Porque María Ealo de Sá ha rebuscado, como “ratón de biblioteca y archivo” documentación valiosísima para estudiar y publicar, para conocimiento de todos, figuras como los artistas Gerardo de Alvear, José de Madrazo o el santanderino y poco conocido en su tierra, Merino del Nero, que tiene obra en los principales museos del Mundo y cuyo libro promovimos y presentamos en Manheim (Alemania), su tierra de adopción, con la presencia de las autoridades locales y regionales del país germano.
Y donde quizás ha profundizado con más ahinco María Ealo, ha sido con nuestros canteros y arquitectos trasmeranos, como es el caso de los Viar de Rasines, el ingeniero Pedro de Maeda o el ya citado Juan de Castillo. ¿Le parece poco?
Le agradezco mucho su aportación. Probaré sus recetas, y le seguiré en sus libros y conferencias. Ha sido un placer, señor.