
El próximo 15 de octubre, sábado, a partir de las 12:30 horas, se celebrará un acto académico en las antiguas escuelas de Cosgaya en el transcurso del cual Francisco María de Marcos Alonso recibirá el título de «Escritor Vitalicio» que le ha concedido la Sociedad Cántabra de Escritores.
El acto estará presidido por el alcalde de Camaleño, Oscar Casares y contará con la presencia de miembros de la SCE que preside José Ramón Saiz Fernández, entre otros Isidro Rodríguez Castanedo y Pedro Álvarez Fernández, Cronista Oficial de Liébana, que también intervendrán en el acto.
Francisco María De Marcos Alonso es natural de Cosgaya y ha realizado varios trabajos sobre la vinculación de Pelayo a la antigua Causegadia. En los datos biográficos que recoge la web de la Sociedad Cántabra de Escritores a la que pertenece desde hace varios años, confiesa que desde niño –en las escuelas en las que se le tributará este homenaje- le acompañó siempre el enorme afán de saber, indicando que desde entonces añoraba la posesión de libros. A este respecto, recuerda que su madre, verdadera inductora de este deseo, nos leía cada noche un capítulo de algún libro. Esa identidad de Francisco (Paquín para los muchos amigos que tiene en Liébana), con el libro le ha llevado a forjar una biblioteca propia con más de cuatro mil volúmenes.
Amante, sobre todo, de la historia de las civilizaciones antiguas (Mesopotamia, Egipto…, más tarde Etruria, Grecia, Cartago, Roma…), sobre los pueblos germánicos el que más le interesó fueron los Godos, en especial su rama occidental de los Visigodos. Fruto de todo este interés, en 2006 comenzó a escribir un ensayo histórico que tituló La Liébana, el primer Reino Cristiano.
Relata que antes y durante no menos de 40 años, «peinaría» realmente los macizos del Cornión y de Los Urrieles, desde Covadonga a Gosgaya, buscando la explicación posible y lógica del porqué las huestes de los árabes derrotadas en Covadonga y huyendo, habían terminado en Subiedes, donde «este monte se vendría abajo sepultándolos», hecho que nos dice la historia, si bien pienso que la realidad fue bien otra.
Explica que el ensayo histórico que escribió nunca sería publicado porque con posterioridad, un «tornado» asolaría mi vida y esto, como todo lo demás, quedaría definitivamente relativizado, reconociendo, no obstante, que su contenido ha sido bastante difundido, porque mi objetivo era y sigue siendo, que los cántabros, y sobre todo los lebaniegos, sepan que la historia escrita en los libros de texto no ha podido ser la verdadera historia que se viviría en aquellos siglos vitales, en especial en el siglo VIII, y que afectaría tan de lleno a La Liébana. Ante ello, entiende que la tarea de recuperar el protagonismo histórico de Liébana corresponde a la Sociedad Cántabra de Escritores y en concreto a personas que cuentan suficiente potencial como para emprender y realizar tan importante cometido.
Afirma Francisco María de Marcos que son muchas más las cosas que puede decir sobre aquel tiempo que aquí, en nuestra Liébana, sobre aquellos siglos tan vitales y en especial, en el siglo VIII. Pero soy consciente –termina diciendo- de que para una escueta reseña biográfica, ya la he rebasado con creces. El reto y la encomienda de Francisco María De Marcos Alonso sigue en pie.