
Ha fallecido esta madrugada a los 96 años de edad, el prestigioso periodista y escritor, Carlos Bribián Castro, presidente que fue de la Sociedad Cántabra de Escritores y, posteriormente, elegido por unanimidad Socio de Honor. Sentimos profundamente dar esta noticia, expresando nuestro dolor y solidaridad con su esposa, nuestra compañera Digna Mercedes.
Carlos Bribián siempre tuvo el cariño y respeto de todos los miembros de la Sociedad Cántabra de Escritores, ejerciendo la presidencia con el dinamismo y la sensibilidad que siempre demostró por la cultura y las letras. En una Asamblea General, tal y como determinan los Estatutos, fue elegido por unanimidad Socio de Honor por su brillante aportación al colectivo de escritoras y escritores.
CORRESPONSAL DE PUEBLO Y ABC
Hijo Predilecto de Binéfar (Huesca), destacó en su activa labor periodística como corresponsal en Bonn (Alemania) de ‘Pueblo’ y de ABC. Fue decano de los corresponsales extranjeros en la antigua República Federal de Alemania.
También fue Jefe de Deportes de la Radio Nacional de Alemania en sus programas en castellano y trabajó en AS y Marca. Especializado en la crónica deportiva, cubrió cuatro Juegos Olímpicos, seis Mundiales de fútbol y numerosas actividades de otros deportes.
En sus años de juventud, fue guardameta en varios equipos de relieve como el Logroñés, Numancia y Burgos. También perteneció a la plantilla del Atlético de Aviación.
Desde los años noventa, fijó su residencia en Ontoria (Cabezón de la Sal). En noviembre de 2021 participó en el acto de entrega de la Estela de Oro de las Letras de Cantabria a Pedro Crespo de Lara, galardón que le concedió la Sociedad Cántabra de Escritores.
PISCIS DE ORO Y ENTREVISTA EN AS
Carlos Bribián Castro recibió en 2020 en su casa de Ontoria (Cabezón de la Sal) el título de Piscis de Honor, de manos de la presidenta de este club, Conchita Carranceja. Ha sido presidente y es socio de honor de la Sociedad Cántabra de Escritores. Es, además, Hijo Predilecto de su pueblo natal, Binéfar, en la provincia de Huesca.
INTENSA ACTIVIDAD EN EL PERIODISMO
Carlos Bribián tiene una gran trayectoria en el periodismo, especialmente el deportivo, aunque durante muchos años fue corresponsal en Alemania de Pueblo y ABC. Jefe de Deportes de la Radio Nacional de Alemania en sus programas en castellano, Bribián ha cubierto numerosas olimpiadas y campeonatos del mundo de fútbol.
Recientemente al cumplir el AS cincuenta años fue entrevistado para este diario deportivo al que estuvo vinculado, como también al Marca. En esta entrevista, Bribián desveló muchos de sus rasgos que ha aportado en su actividad informativa en el deporte. La transcribimos.
Estamos celebrando el 50 aniversario de As, dígame que ha merecido la pena…
Claro que ha merecido la pena este medio siglo de As, del que fui corresponsal en Alemania desde, me acuerdo como si fuera hoy, el 2 de septiembre de 1988. La vida de un periódico siempre merece la pena. Y más en estos tiempos.
¿Lo dice por las redes sociales?
Sí. Me da pena ver a la gente mirar el teléfono y creerse lo que ahí le ponen sin saber quién lo dice, ni por qué lo dice, ni si es verdad lo que dice. Soy un clásico, quiero comprar mi periódico, saber quién está detrás y quién firma la información.
Le apasiona la prensa…
Los periódicos no salvamos al mundo, pero lo hacemos mejor. Podemos ayudar, sí, pero sólo si los periodistas lo hacemos bien. Tenemos una obligación moral con nosotros mismos. Para ser periodista tienes que tener afición, pasión y, sobre todo, dignidad. Podemos generar una cadena de solidaridad humana o dar una noticia que alerte sobre un problema que puede ser muy dañino.
Usted será de los que sigue fiel al papel…
Totalmente. No manejo el ordenador y sigo disfrutando del ritual de pasar las páginas, oler la tinta, leer el periódico con un bolígrafo en la mano para corregir lo que no me gusta, como antes me corregían a mí. ¡Qué bonito era aquel As marrón de huecograbado y que bien se leía! Mucho mejor que ahora, que sale con todas las páginas en color. Ja ja ja…
Hay quien piensa que ese ritual vive sus últimos años
Siempre habrá periódicos. Tal vez tendrán que cambiar, pero no sé cómo. Yo no soy un sabio, sólo soy un señor mayor. Sería bueno, eso sí, que volvieran a contratar correctores y es muy importante el liderazgo. Un periódico necesita líderes como los que yo he tenido, Cronos, Pedro Sardina, mi maestro Antonio Valencia, Rienzi… No importa cómo escriban, lo importante es que hacen escribir mejor y ser mejores periodistas a los que les rodean.
¿A usted también?
Le pongo un ejemplo. En 1967, As le había quitado a Marca a Fernando Vadillo, que escribía como los ángeles y era un sabio del boxeo. Al poco tiempo, Sombrita, un boxeador canario, fue a disputar el título europeo a Viena con el austriaco Johann Orsolics. Me llamaron del Marca, donde yo trabajaba, y me mandaron a cubrir la velada, que resultó terrible para los púgiles españoles. Yo, entonces, llamé a Pedro Sardina, que era el redactor jefe, y le dije: “Don Pedro, no me puede hacer esa faena. Yo no sé nada de boxeo y no me puede poner a competir con Vadillo”. Y ahí me dio una lección de periodismo y me dijo: “Brivi, usted coja el avión que le hemos reservado, vaya al hotel que le hemos reservado, vaya a la velada, tome notas y lo cuenta lo mejor que sepa y ¡me juego un huevo y la yema del otro a que lo va a hacer mejor que Vadillo!… y luego pase los gastos”.
¿Y qué pasó?
Empecé la crónica: Boca arriba. La noche en la memoria. Despatarrado sobre la lona…, ese día Brivi ganó 20-0 a Vadillo. No por mí, sino porque a Fernando, que tenía a veces esos tics, que era superculto y un gran escritor, ese día le dio por convertir su crónica en una carta muy florida y muy literaria dirigida a Ignacio Ara, un gran boxeador aragonés de los años treinta, y resultó un poco rara.
¿Qué deportistas le han impactado más en su vida?
Abebe Bikila, sin duda. Me impresionó su proeza deportiva y él mismo, su vida. Me ha impresionado, mucho, Di Stéfano, que era un tío estúpido, insoportable, tal vez por autodefensa, pero un genio. Santana, al que seguí mucho en la Davis Cup, con los Arilla y Couder. Guillermo Timoner, al que tuve que hacer de traductor en el Mundial de Amberes y al que un tío con una gorra no le dejaba entrar a la sala para hacer el antidoping y Guillermo le decía que era el campeón del mundo y al otro le daba igual. Ja ja ja. Y Wilma Rudolph, a la que conocí en los Juegos de Roma, que tuvo la polio de niña, le dijeron que no podría caminar y en esos Juegos, con 20 años, ganó tres medallas de oro. La gacela negra la llamaban.
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Se encuentra en el Tanatorio de Carrejo y el funeral se celebrará este jueves, día 6, en la parroquia de Ontoria a las 12:30 h.
