Francisco Sota y su “Chronica de Astvrias, y Cantabria”

TENDAL / ENSAYO

En el 400 aniversario de su nacimiento en 1615, y 335 de su muerte un 20 de noviembre de 1680.

En la Sociedad Cántabra de Escritores hemos cumplido con creces dicho compromiso de nuestro socio-fundador, dando a luz el facsímil de la Chronica de Sota el pasado 19 de febrero de 2015, con motivo del IV Día de las Letras de Cantabria, con una edición más que digna, a pesar del modesto presupuesto que tuvimos a disposición gracias a las ayudas del Parlamento de Cantabria (el representante de la patria grande de Sota) y de la Corporación Municipal de Piélagos (su patria chica)…

Sobre la figura y obra de Sota hemos presentado un extenso estudio en el último número (LXXXVI) de la revista Altamira del Centro de Estudios Montañeses, sintetizando los datos biográficos que ya fueron avanzados por Herrera de la Sota en 1997, e iniciando una vía de estudio de los aspectos materiales la Chronica, entre los que sobresale el descubrimiento de varias Formas o Emisiones de la misma y sus características diferenciales, así como una fase inicial para el estudio comparado de los ejemplares originales que se conservan, tanto en España como en el extranjero, cuya localización y análisis hemos comenzado, dándose el dato curioso de que no aparece registrado ningún ejemplar de Cantabria en el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español (CCPB), mientras que en él hay diez del Principado de Asturias. A lo largo de nuestras pesquisas hemos localizado ya lo que hace un total de doce ejemplares en esa región, y siete en Cantabria: dos en bibliotecas públicas (Central, y Municipal de Santander), dos en bibliotecas privadas (Fundación Botín, y Caja Cantabria en Santillana del Mar), otro de nuestro buen amigo Olav Mazarrasa, y dos más a la venta en sendas librerías de viejo en Santander.

El por qué existen más ejemplares en la  comunidad vecina que en la nuestra puede venir como consecuencia del título de la obra, que parece indicar como predominante la posición de Asturias respecto a Cantabria en la obra, pero debemos tener en cuenta que antes de Sota toda la zona occidental de la actual Cantabria mas el oriente asturiano, eran denominados “las Asturias de Santillana”, que es el ámbito geográfico al que se refiere el autor de Puente Arce.

Francisco de Sota Villegas falleció el 20 de noviembre del año 1680 en Madrid donde tenía su residencia en el monasterio benedictino de San Martín, sito en los aledaños de la calle Arenal y cercano a la Puerta del Sol, desde el que pudo atender sus funciones de Cronista del rey Carlos II, “El Hechizado”, y dedicarse a sus investigaciones. De sus proyectos de publicación solamente consiguió sacar a flote la Chronica, si bien no llegaría a verla publicada, pues falleció el año anterior a salir ésta de la imprenta en 1681. En el tintero, o mejor en sus borradores manuscritos, porque habla de ellas el propio Sota en la Chronica, se quedaron el Nobiliario Montañés, la Crónica del emperador Alfonso VII, la Crónica de los Condes de Castilla, y la Historia de Toledo que iban a ser como su continuación. Dio también testimonio de haber visto los manuscritos Doña Mariana de Austria, la madre de Carlos II, regente durante la minoría de edad del Rey, lo que pudo haberle servido a Sota de aval para el cargo de cronista del Rey.

A pesar de las críticas que se le han planteado a la Chronica, básicamente debido a la credibilidad que parece conceder a los falsos Cronicones (Hauberto, Luitprando, etc.), no se le puede negar que constituye una de las historias más antiguas de la región, y de las más completas de su época, pues incluye la historia de la Cantabria antigua, además de un extenso Anexo de documentación, lo que le hizo decir a Menéndez Pelayo que Sota es digno de memoria y aun de estudio y consulta en la segunda parte de su obra “que se apoya en un sólido aparato de privilegios y escrituras”, y le considera un “regionalista en profecía”, valorándolo como “el más destacado investigador del pasado de Cantabria”.

Más recientemente, Iglesias Gil en el año 2000, indica que la obra de Sota aporta un mayor grado de cientificidad que la de Argáiz (compañero de Sota en el madrileño monasterio de San Martín de Madrid, y autor entre otras obras de Población Eclesiástica de España), añadiendo que la estructura de la Chronica es bastante moderna.

Acabamos diciendo que la Chronica es, sin duda, una de las obras cumbre de la historiografía sobre Cantabria tal como se entendía en su época, sentando las bases para los estudios posteriores y modernos, e incluso para la configuración de la actual Comunidad Autónoma.

Su vida y su obra merecen ser recordadas por las instituciones culturales y políticas de Cantabria. En la SCE hemos reeditado su Chronica y estamos ampliando y difundiendo su figura con diversas investigaciones y conferencias. Quizás no estaría mal que, a nivel local o regional, se realizaran otras acciones en homenaje y memoria de Sota, tales como dedicatoria de calles, colocación de placas, actos específicos, etc. Hasta donde tenemos información, parece que el único recuerdo es el de la Biblioteca Municipal de Piélagos, sita en el barrio Llosacampo de Renedo y ‘bautizada’ con su nombre. Sin duda se merece más el ilustre montañés de Velo-Puente Arce, en este cuarto centenario de su nacimiento.

Marino Pérez Avellaneda
Miembro de la Sociedad Cántabra de Escritores y del Centro de Estudios Montañeses