Por Isidro Cicero

Hoy, una “dependienta” de solera en la librería solidaria.
Nos explicó una vez Pedro Arce que la palabra “Delia” viene de Δήλος, la microcíclada egea en la que nacieron los dos dioses gemelos Apolo y Artemisa, es decir el Sol y la gran Madre. Esta gran Madre Mediterránea defendía la virginidad, mayormente del bosque; la conservación intacta de la naturaleza –cazadores incluidos, no excluidos los cazadores– y la soberanía de la mujer. Ella misma cazaba y cazaba y hasta llegó a ser la patrona de los cazadores, siglos antes de que le pasaran ese cargo a un francés que se llamaba Huberto.
Ángel Sánchez de la Torre, a quien a primeros de 2019 entregamos la Estela de Oro de las Letras de Cantabria y a quien en estos momentos envío un abrazo muy cariñoso, nos habló mucho y muy bien de Artemisa.
Los antiguos al parecer le encomendaban a Artemisa sus colmenares para que se los protegiera del oso que venía por las noches y se los hacía polvo. Muchas rabias hacía el oso a los colmeneros. (Artemisa tiene que ver con arktós-miso, odio al oso, lo mismo que miso-ginia tiene que ver con esa enfermedad conocida como odio a la mujer y mis-ántropo, con odio al hombre en general, a la humanidad en su conjunto, que también los ha habido y los hay así de bestias). Claro, que si odiaban al oso, era porque les disputaba la miel, esa maravilla; el néctar y hasta la cera. Luego ya pusieron pastores eléctricos a pilas o con energía solar y fue un alivio.
Lo anterior viene a cuento, ya lo habéis adivinado, con que el nombre de la señora que hoy se ocupará de atender la Librería Solidaria es precisamente Delia. «La de Delos» solar y femenina. Esta conexión de ideas debió de rondarle por la cabeza al señor de Viérnoles que fue al registro a ponerle el nombre, que para eso era poeta. El padre de Delia era el poeta Ángel Laguillo.
A veces algunos autores escriben su verso más sonoro y sentido en el libro de la oficina del registro, cuando van a asentar él nombre de un hijo, no digo que sea este el caso.
Por lo que me dicen, en Torrelavega nadie necesita oír el apellido Laguillo detrás de su nombre, para saber de quién estamos hablando. Dices Delia y no hay dudas. Es Delia.
En la Sociedad Cántabra de Escritores, Delia lo ha sido todo. Ha sido el tuétano, lo de por dentro de la organización. La SCE, la presidió durante más de seis años, pero, claro, lo importante en un cargo no es la duración. Lo importante es que -lo que decíamos antes- esto de otorgar cada año la Estela de Oro a un señor o a una señora de méritos notables y longevos, fue una idea de cuando Delia. Lo importante es que, en realidad, casi todo el fondo patrimonial de iniciativas e ideas que atesora la Sociedad Cántabra de Escritores se puso en marcha cuando Delia. El Día de las Letras de Cantabria, cuando Delia. Sacar cada año un libro colectivo para que los socios tengan una ocasión de explayarse, cuando Delia. Editar unos pliegos poéticos, cuando Delia. Hacer la Horadada, cuando Delia. Hacer dos ciclos de conferencias al año en Santander, en el Centro Gallego, y convocar cada año un concurso de relatos, cuando Delia. Y sus equipos, claro.
Casi todo el amplio bagaje histórico desarrollado por la Sociedad Cántabra de Escritores es de cuando Delia, incluido su extenso y compacto fichero de socios. Ahora bien, lo que no se hizo cuando Delia, casi todo se ha hecho cuando Marino Pérez de Avellaneda. Y todavía queda un resto de casitodo que hay que atribuirle con toda justicia, merecimiento y respeto, al historiador trasmerano Luis Escallada, fundador de esta Sociedad Cántabra de Escritores y su presidente desde 2008, un personaje que también fundó entre otras cosas el Museo de Campanas de Meruelo. Así que lo que no hayan hecho Luis, Delia y Marino, queda por hacer.
La “dependienta” de la Librería Solidaria de hoy es también la impulsora del evento Poesía en el Aire, con el que Torrelavega saluda todos los años la llegada de la Primavera; además impulsa un acto literario en el día apropiado ante el monumento de Cervantes; interviene en la radio y en recitales. Ha mantenido un programa en Radio Torrelavega, extraordinariamente popular, dando voz a la célebre tía Josefuca. La tía Josefuca –qué le vamos a explicar que no sepa a la gente de cierta edad que vive más abajo de Riocorvo y más arriba de Suances– la tía Josefuca es una creación del escritor Antonio Bartolomé, yo le seguía en Alerta desde chaval. Su hijo, Manuel Bartolomé, redactaba los guiones y Delia, que es una gran recitadora le ponía la voz. Y me quedo corto, más que una gran recitadora, es una actriz redomada.
Con esto que les digo, no se me aglomeren ustedes esta tarde de cinco en punto a ocho en punto en la Librería Solidaria de AMICA, que está en la calle Coro Ronda Garcilaso, 6. No se vayan a pisar, no se vayan a mancar, porque aunque hay unas rebajas nunca vistas y Delia se las apañará para atenderles tan bien como les atendería la mejor tienda del Paseo Pereda, hay libros para todos.
Pero, eso sí, vayan. Y ya que van, no se olviden de comprarles libros a los niños, que estamos a las puertas de Reyes y son muy baratucos. ¿Quién ha dicho que por estas fechas tenemos que tirar nuestras casas por las ventanas y comprar caro lo que se puede comprar casi regalado?