“Imagino al grumete Juan de Cueto como un joven fuerte, ágil, sano y prudente”, dice Antonio Martínez Cerezo

Por Isidro Cicero

Me imagino al grumete de Cueto que dio la vuelta al mundo con Magallanes y Elcano como un joven fuerte, sano, ágil, astuto y prudente”, dijo Antonio Martínez Cerezo en la inauguración del ciclo de conferencias organizado por la Sociedad Cántabra de Escritores, que dio comienzo el martes día 18 en el Centro Gallego con el título “El grumete circular de Cueto, Juan de Santander”.

“De no poseer esas cualidades, difícilmente habría sobrevivido a los peligros de un recorrido de 14.460 leguas marinas, gran parte desconocido, que duró tres años y un mes, coronó lo que entonces se llamaba la “redondeza” de la tierra y descubrió “El Paso” entre los dos océanos por el sitio que luego se denominó Estrecho de Magallanes”.

Martínez Cerezo afirmó que, de los documentos históricos, apenas se pueden hacer deducciones sobre los motivos de Juan de Santander para embarcarse en una aventura tan peligrosa, para la que se buscaron candidatos a base de pregones en Sevilla, Cádiz y Huelva, y para la que costó mucho reunir el número suficiente de tripulantes válidos de los cinco navíos que partieron en septiembre de 1519 al mando de Magallanes.

Entre los datos facilitados por el conferenciante, figuran los devengos del grumete, que ascendieron al final a 6.452 maravedíes, repartidos entre un adelanto de 3.400 que Juan de Santander cobró como anticipo, el equivalente a cuatro pagas juntas de 800 maravedíes mensuales cada una. Aparte de las mensualidades restantes, a la arriba a Sevilla en 1523 Juan de Santander recibió las denominadas «quintaladas», el porcentaje que le correspondió al repartir el flete del barco «Victoria», después de descontar los gastos en averías.

Señaló que Juan de Santander, en el mismo momento de pronunciarse esta conferencia el 18 de febrero de 2020, estaba en la Patagonia quinientos años antes, en un ambiente gélido con el resto de la tripulación. Entre los cometidos asignados a los grumetes, Martínez Cerezo enumeró algunos como la limpieza de la cubierta, trepar a los palos y las cuerdas, dar la vuelta a la ampolleta medidora del tiempo, mantenerse despiertos para cantar la oración y gritar las alertas que mantenían vigilantes a los centinelas.

Informó también de que después del viaje y la liquidación económica de sus devengos, la figura documentada de Juan de Santander se desvanece; si bien existieron sujetos con ese nombre que pudieran ser el grumete de Cueto, documentalmente no se puede asegurar.

Se sabe que no asistió junto a Elcano a la comparecencia ordenada por el rey en Valladolid para dar detalles del viaje, aunque bastantes años después, un historiador denominado Antonio de Herrera afirmó que había asistido a otra reunión para el mayor esclarecimiento de los hechos, convocada también por el rey en Pamplona, reunión a la que esta vez fueron llamados todos los supervivientes de la expedición de Magallanes y Elcano que llegaron en el Victoria.

Al final de la conferencia, Martínez Cerezo, que prepara un libro sobre Juan de Santander de próxima aparición, se refirió a la “mala suerte que corrió el barco que primero dio la vuelta al mundo, ya que subastado por el rey y acabó hundido en el océano en una travesía comercial”. Recordó que el Victoria inspiró versos de Góngora y Alonso de Ercilla, este último en “La Araucana”.

El conferenciante hizo al principio un repaso de la presencia del apellido Santander en documentos del siglo XIV al XVI; este apellido lo llevaron personajes como tres grumetes, un taurino, un platero, un deán de la catedral de Burgos y, sobre todo, el secretario de los Reyes Católicos Diego de Santander. La rúbrica de este alto funcionario se conserva acompañando a las de Isabel y Fernando en más de quinientos pergaminos, que distintos ayuntamientos de toda España guardan como joyas.

También llevaron el apellido Santander dos personajes del mundo del teatro afincados en Sevilla: Martín, que fue empresario teatral y tuvo tratos con Lope de Vega y Diego, que fue actor y de los que cabe la posibilidad que ambos o alguno de los dos fuera pariente del grumete de Cueto.

Sobre Diego “De Bo”, que aparece escrito con esta grafía en los documentos de alistamiento del grumete, Martínez Cerezo afirmó que existen dos referencias a este nombre, que por las fechas pudiera ser el padre de Juan de Santander. A Diego de Bo se le conmutó la pena capital por homicidio a cambio de alistarse en una misión de alto riesgo a las órdenes del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, expuso…

La conferencia de Martínez Cerezo, que suscitó un gran interés, forma parte de una serie de actividades culturales que el colectivo de autores de Cantabria ha programado con motivo del Quinto Centenario de la Primera Circunnavegación del Mundo.