Diario de un confinamiento y otras estampas

Por María Luz Quiroga Feijoo

José Juan Morcillo (Albacete, 1969) es doctor  en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, donde también fue profesor de Lengua y Literatura. Igualmente, ha impartido docencia en la Universidad St. Andrews (Escocia), en la Pontificia de Salamanca, y es profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Escribe habitualmente el La Tribuna de Albacete y algunas de sus columnas se han trasladado a este libro. Por otra parte es consultor didáctico externo del Instituto Cervantes y ha colaborado con la RAE en trabajos lingüísticos. También ha participado en proyectos de Innovación Educativa y es miembro de la Sociedad Cántabra de Escritores.

Diario de un confinamiento y otras estampas no es solo un libro testimonial y confesional como puede inferirse de su título. Es también, y así lo adelanta el autor en su «nota inicial», un espacio literario que se alumbra desde la soledad y el silencio de los 65 días que duró el estado de alarma y el confinamiento domiciliario en la primavera de 2020. Otras estampas recrean diversas andaduras y reflexiones fuera de estos límites, pero forman parte de la misma sustancia: lo que el autor siente en sí mismo y de su entorno.

Así, una reflexión de Azorín (“Un poeta”, El Progreso, 5-3-1898) enuncia esa intención que guía el libro (…) «tiene alma cuanto nos rodea, cuanto vive a nuestro lado y asiste impasiblemente, en silencio, a nuestras tragedias íntimas (…). Tienen alma las cosas, y los grandes artistas saben verla y trasladarla a sus versos o a su prosa».

En ambas partes del libro se transmite el objetivo que requiere el momento o la mirada de interés colectivo pero, sobre todo,  el libro descubre un trasfondo de sentido y de reflexión que da dimensión poética a los temas que desarrolla. En efecto, el texto es evocador y sugerente; hablan tanto los renglones vacíos como los escritos. Se hacen visibles las elipsis, y en las ilustraciones de José Manuel Nieto se detiene la mirada para reflejar, como en un espejo, todo el sentido de la prosa. Simbolismo y evocación caracterizan la literatura de este libro que tiene garra y entraña.

Basta como ejemplo ver el dibujo de la portada, que devuelve la esperanza a la continuidad de la vida en el perímetro de una sombra (un hombre) plena de “brotes verdes” sobre un suelo yermo y baldío. Pero hay mucho más, hasta diez facetas, que entretienen el relato de los 65 días de confinamiento desde la propia mirada del autor o la de “un otro” situado en el balcón de la casa con extrañeza y miedo al principio /pág. 31/, con curiosidad cuando pasan las semanas /pág. 43/, y  con complacencia y quietud al final del estado de alarma /pág. 55/. Y también hay una intimidad que descubre la ética del autor (su opción moral) en reflexiones y en planteamientos que estimo que son testimoniales y valiosos. Es una mirada realista, como una señal, y es bueno mostrarla al ser una actitud del autor y formar parte de su voz literaria.

No pretendo desmembrar ninguno de los dos bloques que suponen el contenido del libro, porque este análisis pertenece al lector. El escritor ha trazado rutas y fijado elementos que hacen viva y dinámica la lectura, desde el diario, a los cuadros  recreados por su pluma en  otras estampas.

Es difícil en este último bloque, casi una treintena de estampas, resaltar el motivo o la focalización de los temas, pues hablan desde sus propios títulos y son miradas convertidas en metáforas por la voz del autor. En gran número de ellos: Sentinel, Alcorque, Muerte social, Animales enfermos, Niños, Gloria o El traje, contrapone realidades del “progreso” con experiencias o semblanzas del pasado, en entornos peculiares, y desde el punto de vista social y ambiental.

En algunos, la mirada o la ocurrencia se reviste de ironía y humor para decantar en el relato un mundo surrealista. Son ejemplos, Pinquis, Mi bombilla, Yo no soy yo, Sfumato, La reserva … En otros, el autor elige la entelequia lingüística en el centro de su uso como  étimo, o como construcción o traslación interpuesta a distintas realidades o funciones: Almazuela, Morceguillas, Panoli, De lutos, De difuntos

Tenemos ante nosotros un magnífico hallazgo que solo una circunstancia tan limitada por el tiempo y el espacio ha permitido que salga a la luz oportunamente. La editorial Chamán, que trabaja con criterio fino y acertado las interfases de los distintos géneros literarios, ha acertado de nuevo en este caso.