Respuesta ciudadana a la entrega en Cosgaya del título de «Escritor Vitalicio» a Francisco (Paquín) María De Marcos Alonso
Presidió el alcalde de Camaleño, Óscar Casares

En las antiguas escuelas de Cosgaya se celebró el sábado, 15 de octubre, el acto de entrega del título de Escritor Vitalicio a Francisco De Marcos Alonso, con asistencia del alcalde de Camaleño, Oscar Casares, el presidente de la Sociedad Cántabra de Escritores, José Ramón Saiz, miembro de la junta directiva Isidro Rodríguez Castanedo y Pedro Álvarez, cronista oficial de Liébana, además de varias decenas de personas que abarrotaron la veja escuela, adecentada en estos últimos días por el Ayuntamiento. Un acto de gran emotividad que fue muy aplaudido por el público asistente.

Abrió el acto José Ramón Saiz quien agradeció el apoyo del alcalde y del Ayuntamiento a este acto de la SCE, afirmando que Francisco, Paquín, como es conocido afectivamente, merece este reconocimiento por su entrega a vivir con pasión todo lo que representa Liébana y escribir un ensayo histórico sobre Liébana como primer reino cristiano. José Ramón Saiz hizo un recorrido por la historia de Liébana, recordando el magisterio y ejemplo de Eutimio Martino, jesuita, historiador, cronista oficial de Camaleño y persona que durante varias décadas se ha dedicado a investigar sobre el terreno la historia de Liébana.

 

INTERVENCIÓN DE PEDRO ÁLVAREZ, CRONISTA OFICIAL DE LIÉBANA

Pedro Álvarez Fernández, Cronista Oficial de Liébana, socio fundador de la Sociedad Cántabra de Escritores, pronunció el siguiente discurso:

«Tuve la ocasión de conocer a Paquín Marcos, precisamente, en la localidad donde nació, aquí, en Cosgaya. Fue en agosto de 2014. Estaba emocionado. No en vano había conseguido un emotivo reencuentro con sus nueve hermanos, que habían llegado desde diferentes rincones de nuestra región, como Santander o Astillero; de Asturias, desde Trescares y Avilés; del País Vasco, llegados desde Bilbao y Vitoria, o el más lejano, desde New Jersey, en Estados Unidos.

Objetivo cumplido, donde afloraron las emociones y los entrañables recuerdos; los abrazos al pie de la que fuera su casa familiar, y el recuerdo cariñoso hacia sus padres, Francisco y Juana, que sacaron adelante a sus diez hijos, no sin grandes sacrificios, que estuvieron unidos desde entonces, a pesar del tiempo y de la distancia, por un cariño entrañable, que les marcó desde su más tierna infancia.

Tengo que reconocer que me emocionó su encuentro, especialmente, cuando saqué la fotografía de todos ellos, recordando así una imagen del año 1942, que en compañía de sus padres les habían sacado junto a la puerta de su casa familiar. Recuerdos de una infancia feliz, a pesar de las circunstancias de la vida, y testimonio del cariño hacia una madre, cuando Paquín reconoció, sacando un rosario de su madre, que guarda como el mayor de los tesoros, con el que rezaban todos juntos a la llegada de la noche en la casa familiar.

Ese día, de reencuentro familiar, estoy seguro que para Paquín y todos sus hermanos fue una jornada muy entrañable, y quedó guardado para siempre entre sus más entrañables vivencias.

Hemos mantenido desde entonces muchas conversaciones sobre nuestra querida comarca, donde me ha reconocido que “siempre quise quedarme en el pueblo donde nací, en Cosgaya, pero la vida me empujó hacia otro lugar. Quería haber sido ganadero, pero no disponía de medios económicos y me tuve que ir, siempre mirando hacia atrás, hacia mi tierra y hacia esos Picos de Europa que empecé a conocer y disfrutar desde niño.

Porque Paquín, pertenece a esa vieja escuela de escaladores y esquiadores lebaniegos, que comenzaron a adentrarse en el interior de Picos de Europa, para poder disfrutar de un paisaje único y de la experiencia de sentir sensaciones increíbles. Entonces, la falta de medios, tanto de vestimenta como materiales, se suplía con ilusión y esfuerzo. Francisco Marcos, es uno de esos pioneros lebaniegos, que se sigue calzando las botas de montaña y con su mochila sobre los hombros, vuelve a revivir esos recuerdos de infancia y adolescencia, volviendo a recorrer esos lugares de Liébana y Picos de Europa, que sin duda le dejaron marcado por la intensidad de aquellos momentos, vividos en compañía de grandes amigos, como Fonsín, Toño Odriozola, Sebio Bustamante o Paco Soberón.

Reconoce que sus cumbres favoritas y que le son especialmente queridas, son Torre Blanca, Peña Vieja, Tesorero, y un pico de la Cordillera Cantábrica, que es el Coriscao.

Otra de sus grandes pasiones es la lectura, lo que sin duda le ha proporcionado importantes conocimientos. En su excelente trabajo “La Liébana, el primer reino cristiano”, del cual me regaló un ejemplar, afirma que “mi interés por la historia en general, por el periodo visigodo en particular y por lo que había ocurrido en La Liébana en los dos siglos posteriores a Guadalete, muy íntimamente, estarían siempre presentes en mi vida”,  por lo que asegura que “la historia que se escribió y que hoy, lamentablemente, es considerada como auténtica, no es ni de lejos, la historia que se vivió en esta tierra en aquellos dos siglos tan importantes, tan dramáticos y que la orientarían por los caminos que recorrió” porque piensa que “cuando estos hechos se relataron, el lugar que ostenta por derecho todo el protagonismo, este pequeño rincón geográfico de lo que había sido Hispania que se llama La Liébana, inexplicable, injusta y lastimosamente no aparece”.

Hoy, con esta distinción de “Escritor Vitalicio”, que le hace entrega la Sociedad Cántabra de Escritores, a la cual pertenezco desde su fundación, se reconoce a nuestro querido amigo, Paquín Marcos Alonso, su entrega y dedicación para desentrañar una historia lejana en el tiempo, de su pueblo natal y de su querida Liébana y Picos de Europa, que tan bien conoce, y tantas veces ha disfrutado y lo sigue haciendo, recorriendo y contemplando sus paisajes.

Me siento muy orgulloso de compartir tu amistad y tus conocimientos. Enhorabuena, por este reconocimiento tan merecido».

 

ENTREGA DEL TÍTULO POR EL ALCALDE, OSCAR CASARES

Seguidamente, el alcalde Oscar Casares entregó el título de Escritor Vitalicio a Francisco María de Marcos Alonso entre los aplausos de los asistentes y la emoción del homenajeado. El regidor municipal señaló «sentirse muy honrado y feliz de que un vecino de siempre reciba esta distinción».

INTERVENCIÓN DE FRANCISCO MARÍA DE MARCOS

A continuación, habló el homenajeado, quien afirmó, inicialmente, «que no temo hablar en público, pero en esta ocasión me siento un poco acobardado por ser consciente que no me siento merecedor de este homenaje», añadiendo que, sin embargo, «sinceramente me emociona». Mencionó sus recuerdos de aquella vieja escuela a la que acudí desde los cuatro años, indicando que «fue un lugar muy importante en mi vida y en la de todo el pueblo». Llegado este momento y tras reconocer a todos los maestros que a lo largo del tiempo pasaron por esta vieja escuela, agradeció a Flora García Díez «seguramente la última maestra de Cosgaya» por estar presente en el acto «que ha hecho un largo viaje para estar hoy aquí».

En una intervención escalonada de sus recuerdos, afirmó hablando de su pueblo, de Cosgaya, «que tuvo un ambiente más empobrecido y socialmente tenso que se vivió en la posguerra… pero ello no nos impidió ser felices». Recordó que en 1944, Cosgaya contaba con 240 habitantes.

Fue especialmente emocionante para muchos de los asistentes, sus recuerdos sobre juegos de aquellos niños y niñas que acudían a las escuelas de Cosgaya; «juegos, muchos de ellos, que recibimos de herencia de tiempos muy lejanos».

Destacó a los niños como él «víctimas de aquel “otro juego” en el que no habíamos participado», señalando que «lo pagamos en término de formación». Los valores de aquel tiempo los definió como sigue: «la buena convivencia, el respeto, la solidaridad».

Se refirió a la familia -él de familia numerosa con otros nueve hermanos- «como pilar básico de la propia estructura social, siendo insustituible», afirmando que es «en este techo protector familiar donde buscamos y encontramos cobijo cuando las tormentas de la vida nos acosan…»

Emocionado recordó las lecturas de su madre «a la luz del Carburo, donde comenzó mi hambre de saber nunca saciada porque aún la tengo».

Evoco sus recuerdos de la vieja escuela «aunque hayan pasado ochenta larguísimos años»Después de pasar por su «mili» y «mi larga diáspora de medio siglo intentando encontrar mi vida estoy aquí recibiendo un título por méritos que no poseo, “envuelto” con vuestra cálida e inestimable presencia que me emociona. Gracias a todos… a todos»

Terminado su discurso, el público asistente le dedicó un largo aplauso.